lunes, 31 de agosto de 2015

LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA EN LA FORMACIÓN HUMANA

Es el título del tema que desarrollo la Dra. Esther Velarde Consoli, docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dentro del marco de actividades de los Miércoles Pedagógicos.

Es la lectura un problema en el País? es la pregunta que orienta a una reflexión en el ámbito de la práctica docente, y sobre el cual se debe estimular al niño a hablar, expresarse correctamente y que domine el lenguaje observando su función pragmática. La lectura tiene un rol decisivo.

En el ámbito internacional destaca la Dra. Emilia Ferreyros Educadora argentina quien accedió a una entrevista que a continuación se alcanza bajo el título " Si los docentes no leen, son incapaces de transmitir el placer de la lectura"

Emilia Ferreiro: Si los docentes no leen son incapaces de transmitir el placer de la lectura

·         Publicado por Diego San Juan el agosto 9, 2013 a las 6:00pm
       

Si los docentes no leen son incapaces de transmitir el placer de la lectura

La educadora argentina que revolucionó la lectoescritura asegura que si los docentes no leen son incapaces de transmitir placer por la lectura. Dice que todos los chicos pueden aprender si los maestros se lo proponen. Para la investigadora, la escuela es muy resistente a los cambios porque siguen instaladas viejas ideas.

Entrevista por Mariana Otero

Emilia Ferreiro casi no necesita presentación. Para el mundo de la educación es un referente indiscutible, que revolucionó la enseñanza de la lectoescritura y que realizó numerosos aportes a la alfabetización en el mundo.

Es argentina, pero está radicada en México desde hace más de dos décadas. Su tesis de doctorado fue dirigida por Jean Piaget en la Universidad de Ginebra. Hace años que recorre América y Europa dando conferencias y capacitaciones a docentes; es autora de innumerables artículos científicos y libros y fue reconocida varias veces como doctora honoris causa por diversas universidades, entre ellas la Universidad Nacional de Córdoba (1999).

La investigadora del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México estuvo en Córdoba invitada por la Facultad de Psicología de la UNC. En diálogo con La Voz del Interior , aseguró que el docente no puede seguir haciendo tareas burocráticas, que debe profesionalizarse, que todos los chicos pueden aprender si tienen un maestro que crea que pueden lograrlo y que la escuela se resiste a los cambios que no genera ella misma. A continuación, un extracto de una larga charla.

– ¿Qué puede hacer la escuela para evitar el fracaso escolar?

–El fracaso escolar tiene varias caras (...) Voy a hablar de los aprendizajes vinculados con la lengua. La alfabetización inicial o tiene lugar en los primeros años de la primaria o es un déficit que se arrastra muy mal. Incluso en casos donde no hay percepción de fracaso puede haber fracaso con respecto a lo que significa alfabetizar. Hoy nadie puede considerarse alfabetizado si está en situación de comprender mensajes simples, saber firmar o leer libros con léxico y sintaxis simplificada. Desde finales del siglo XX estamos asistiendo a una revolución en la que la digitalización de la información es parte de la vida cotidiana y la escuela ni se ha dado cuenta. Entonces sigue preparando para leer un conjunto limitadísimo de textos, sigue haciendo una alfabetización para el pizarrón. Trabajar con la diversidad de textos y alfabetizar con confianza y sin temor a circular a través de los múltiples tipos de textos y de soportes textuales del mundo contemporáneo es indispensable.

– ¿Se puede decir que la escuela sigue siendo demasiado conservadora para niños de la era tecnológica?

El sistema escolar es de evolución muy lenta. Históricamente ha sido muy poco permeable a cambios que la afectaban. Dos ejemplos: cuando apareció la birome, la primera reacción del sistema educativo fue “eso no va a entrar acá porque arruina la letra”, y la escuela le hizo la guerra a ese instrumento: una guerra perdida de antemano (...) Lo mismo hizo cuando aparecieron las calculadoras de bolsillo y dijeron “eso va a arruinar el cálculo escolar y no van a entrar”. Y entraron con muchas dificultades, hasta que en algunos lugares descubrieron que podía hacerse un uso inteligente de la máquina de calcular. En ese contexto hay que ubicarse. La institución escolar siempre ha sido muy resistente a las novedades que no fueron generadas por ella.

–Ahora se resiste a la computadora.

–Es una tecnología de escritura y tiene ventajas innegables para la enseñanza. La primera reacción es de desconfianza. El primer acto reflejo es que si nos traen una, la ponemos con llave.

– ¿Se puede alfabetizar igual en diferentes contextos sociales y culturales y con recursos distintos?

–Hay cosas que van a ser iguales y otras que son necesariamente distintas. Algo que les digo siempre a los maestros es: “¿Usted no sabe qué hacer el primer día? Lea en voz alta”. La experiencia de escuchar leer en voz alta no es una experiencia de todos los chicos antes de entrar a la escuela y es crucial para entender ese mundo insólito que tiene que ver con que hay estas patitas de araña (muestra las letras) en una hoja y que suscitan lengua.

–Es otra forma de enseñar a leer y escribir...

–Más que empezar con la pregunta típica de cómo hago para enseñar a leer y escribir, primero hay que enseñar algo acerca de lo que es la escritura y para qué sirve. El maestro tiene que comportarse como lector, como alguien que ya posee la escritura. La gran diferencia entre los chicos que han tenido libros y lectores a su alrededor y los que no los han tenido es que no tienen la menor idea del misterio que hay ahí adentro. Más que una maestra que empieza a enseñar, necesitan una maestra que les muestre qué quiere decir saber leer y escribir. Cuanta menos inmersión haya tenido antes, más hay que darle al inicio.

– ¿El docente es consciente de que esta es una buena manera de enseñar a leer y escribir? Hay investigaciones que dicen que los maestros no leen.

–Ese es uno de los dramas del asunto porque se habla mucho del placer de la lectura, pero ¿cómo se transmite ese placer si el maestro nunca sintió ese placer porque leyó nada más que instrucciones oficiales, libros de “cómo hacer para”, leyó lo menos posible. Es muy difícil que ese maestro pueda transmitir un placer que nunca sintió y un interés por algo en lo que nunca se interesó. En toda América latina el reclutamiento de maestros viene de las capas menos favorecidas de la población. En muchos casos no hay aspiración a ser maestro. Y en ese sentido cambió, pasó de ser una profesión de alto prestigio social a una con relativo bajo prestigio social.

– ¿Cuánto influye eso en la alfabetización de los niños?

–Mucho, porque si alguien está haciendo lo que hace porque no pudo hacer más, se va a sentir frustrado; y la frustración profesional no ayuda al ejercicio profesional. 

          Una escuela vieja. –¿Se avanzó en el modo de alfabetizar?

–Hay una visión muy instrumentalista que piensa lo mismo desde hace tantas décadas que da hasta lástima decirlo. Dice: “Primero vas a aprender la mecánica de las correspondencias grafofónicas y para eso mejor que ni pienses porque es un ejercicio mecánico de asociación de correspondencias. Después vas a aprender de corrido, y después vas a entender lo que estás leyendo y después, quizá, te venga esa cosa desde algún milagro llamada placer por la lectura”. En realidad, el placer por la lectura entre los chicos que tienen lectores a su alrededor es lo primero que se instala (...) Es lo primero, no lo último.

–Esta tendencia del placer antes que lo instrumental no está en práctica; seguimos con las viejas teorías. ¿Cómo se revierte eso?

–No es fácil. Lo que no consigo es que me den la lógica de la visión opuesta. Por ese lado hice investigaciones que revelan que los chicos piensan sobre la escritura antes y que lo que piensan es relevante y que es bueno tenerlo en cuenta.

– ¿Sigue en vigencia esa idea de que el maestro es la autoridad que les enseña a niñitos que no saben nada?

Siguen instaladas viejas ideas que son parte de la lentitud del sistema para reaccionar. A veces con el razonamiento de que si siempre se hizo así para qué cambiar (...) Una de las tendencias es regalarle el fracaso a la familia o al niño y no asumir la responsabilidad de que todos los chicos pueden aprender y deben aprender. Andan buscando desde antes que empiece el año escolar quiénes van a repetir o quiénes son los disléxicos o los que tienen alguna patología por la cual la cosa no va a andar. Y realmente todo cambia muy fuerte cuando el maestro dice “aquí no va a haber repetidores” y cuando asume desde el inicio que “aquí van a aprender todos”. Eso exige un involucramiento fuerte del maestro con el aprendizaje; ahí entramos en otra vertiente, en la que el oficio del maestro se ha ido burocratizando cada vez más y desprofesionalizando al mismo tiempo. Recibe instrucciones y las ejecuta: esa es la definición de un burócrata. En tanto, el profesional es el que sabe lo que está haciendo, por qué lo está haciendo y tiene una racionalidad y una especificidad que puede defender profesionalmente.

–¿Cómo se hace para sacar adelante a niños que concurren a escuelas donde hay un libro cada 40 alumnos, sin biblioteca ni computadora y el docente, además, atiende situaciones familiares, psicológicas?

–Enseñar a leer y escribir bajo los bombardeos es difícil. Cuando un maestro está convencido de que puede hacer algo termina descubriendo la manera de hacerlo, y si deja que el malestar general lo apabulle no va a poder hacer nada. Si acepta estar ahí es porque cree que algo puede hacer. Si forma parte de la desesperación colectiva, si se deprime junto con el ambiente, no va a poder hacer nada. Pero hay maestros creativos que consiguen llevar adelante algo que da esperanza... El maestro tiene que decir “aprender es posible”, como el médico decir “la salud es posible”. 


 

miércoles, 26 de agosto de 2015

ENTREVISTA AL DR. MARIO BUNGE

Comparto en esta oportunidad, la entrevista que le hicieran al Dr. Mario Bunge, defensor del Método Científico y la producción de nuevos conocimientos



"Al ayudar a la memoria, Internet inhibe la creación, la invención de nuevas ideas"
                                                                                                          Mario Bunge

Aficionado a los deportes en su juventud, la vida de Mario Bunge ofrece varias marcas que asombran, pero no en las pistas, sino en el terreno intelectual. A los 19 ya había fundado la Universidad Obrera Argentina. Graduado de físico en la Universidad Nacional de La Plata, más tarde escribió un tratado de filosofía en ocho tomos (Treatise on Basic Philosophy). Le concedieron diecinueve doctorados honoris causa y, en 1982, el Premio Príncipe de Asturias de Humanidades. Se jubiló como profesor de la Universidad McGill a los 90, pero sigue tan activo como siempre: acaba de volver a Buenos Aires para presentar dentro de unos días una extensa autobiografía (Memorias. Entre dos mundos, Eudeba y Gedisa, 2014) en la que repasa su vida y su obra con el estilo ameno, directo y frontal que lo caracteriza.
-Doctor Bunge, usted cuenta que su padre ensayó un método de crianza propio y que sus primos se referían a usted llamándolo "el experimento". ¿Encarar una autobiografía también fue para usted una suerte de experimento sobre la memoria?
-Sí, fue sorprendente, porque creí que iba a ser muy difícil recordar y resultó que un recuerdo me traía otro, y de pronto me acordaba de cosas que creía absolutamente olvidadas. Las palabras me salían a borbotones. Y ahora, mientras preparo la versión en inglés, me estoy acordando de cosas nuevas y dándome cuenta de que cometí un par de errores al referirme a otra gente. Y que he confundido una vacación con otra... En cuanto me acuerdo de algo, voy corriendo y lo agrego.

-La suya es una historia que se extiende a lo largo de casi un siglo. ¿Se basó en notas?
-No, nada. El pequeño archivo que tenía lo doné hace algunos años a la Facultad de Ciencias. Nunca conservé cartas propias. No tenía tiempo.

-¡Tiene una memoria prodigiosa! ¿Es de los que creen que los nuevos medios tecnológicos y, en particular, Internet conspiran contra nuestra capacidad de recordar?
-No, al contrario, colaboran. Y eso es lo malo. Al ayudar a la memoria inhiben la creación, la invención de nuevas ideas. Fíjese en los adolescentes de hoy. Tienen más interacción por intermedio de estos instrumentos que cara a cara. Ya no se ven. Se abusa de eso y en las clases los chicos no prestan atención a los maestros, se la pasan mandando mensajes de texto. Eso ha desquiciado la educación: los chicos no participan en las clases. Claro, en parte es una reacción contra las clases formales, leídas, sobre todo en filosofía, en las que los alumnos no participan. Cuando yo estudiaba en la Universidad de La Plata, para hablar con el profesor había que seguirlo hasta la estación.
-En este momento, la educación está en el centro de la controversia. Para usted, que tuvo una formación mayormente autodidacta, ¿cuál es el secreto?

-Ante todo, la buena escuela ayuda. En mi época había un par. En el Colegio Nacional de Buenos Aires la mayoría de los profesores eran nombrados por influencias, no porque fueran competentes. Yo cuento en mi libro que el profesor de gimnasia era panzón y se presentaba vestido con chaleco, polainas y chambergo. El profesor de matemática era un ingeniero, concejal por el Partido Conservador de la Capital. El de física, muy simpático, era el director de Obras Sanitarias, profesor y decano de la Facultad de Ciencias. Imagínese. Pero lo que importa es que el alumno sea curioso y disciplinado. Yo era curioso, pero no disciplinado... hasta que me echaron. Ahí, no tuve más remedio que disciplinarme. Los profesores que me bocharon me hicieron un favor sin saberlo.

-Siendo hijo de un médico y diputado nacional y de una enfermera, y habiéndose sentido inclinado a la política desde joven, ¿nunca pensó en dedicarse a la medicina o a la política?
-Jamás. Mi padre hizo un intento muy débil, fracasó y no insistió. Cuando le dije que quería estudiar física, me contestó: "Está bien, pero te vas a morir de hambre". Había una sola cátedra de física en Buenos Aires y dos en La Plata. "¿Por qué no estudias química?" Entonces estudié química como alumno libre. Me aburrió, excepto la parte físico-química, que daba un profesor extraordinario, al que todos respetábamos. Y siempre creí que la política se hace fuera de la universidad. Hacerla adentro es fácil y totalmente inútil.
Los culpables de la politización de la universidad fueron los que hicieron la reforma universitaria. Politizaron la universidad a punto tal que todos los delegados estudiantiles que participaban en el jurado para nombrar profesores de Fisiología en la Universidad de Buenos Aires un año después de la reforma, en 1919, se opusieron al único candidato que tenía antecedentes, que era Houssay. Haber cursado una carrera universitaria no habilita a tomar buenas decisiones en materia política.

-Su educación formal fue en física, pero luego se dedicó a la filosofía. ¿A cuál de las dos disciplinas le es más fiel?
-Oficialmente, era estudiante de física, y solamente asistí a cuatro o cinco lecciones preliminares en la Facultad de Filosofía. Me horrorizaron y me escapé. Nunca más volví, sólo como profesor. Yo me siento a la vez físico y filósofo. Nunca tuve que elegir, de modo que he vivido en el mejor de los mundos: entre dos mundos. Nunca tuve conflictos, porque además, a diferencia de los demás filósofos, yo no creo que haya límite entre la ciencia y la filosofía. Se solapan parcialmente. Sin quererlo, los médicos, los abogados y los ingenieros hacen filosofía. Lo que pasa es que es una filosofía ingenua, no elaborada.


-Muchas de las preguntas que se hace la ciencia son profundamente filosóficas: ¿qué es la vida? ¿Qué es el tiempo? ¿Qué es la conciencia?
-Son preguntas que inicialmente se hicieron los filósofos hace 2500 años y que la ciencia ha ido respondiendo. Pero hay una cantidad de preguntas nuevas que los científicos no se hacen: por ejemplo, qué es la verdad, qué es el significado, qué es la justicia, qué son los valores... o qué es la ciencia. El filósofo, además de tener que enterarse de las respuestas científicas a problemas filosóficos, tiene que atacar problemas filosóficos que las ciencias no tocan.

-Usted escribió decenas de libros, ¿cuántos leyó?
-Hace poco mi mujer contó los que tenemos en nuestra biblioteca. Son siete mil, pero muchos miles quedaron en Buenos Aires, otros se arruinaron durante una inundación que sufrimos en Montreal... Serán diez mil o algo así. Pero están además las revistas. Estoy suscripto a varias: Science, Nature y otras. Science ya no me cobra porque hace más de cincuenta años que soy suscriptor.

-Si pudiera cambiar algo de su vida, ¿haría algo distinto?
-No haría nada de política. Perdí mucho tiempo. Nunca más me metería en cuestiones políticas, aunque sí en cuestiones sociales. Escribir sobre filosofía política, sí, desde luego. Yo propongo una democracia sui generis, una democracia integral, no sólo política, sino económica, cultural y cooperativa.
-¿Cuál es su próximo proyecto?

-Usted me hace una pregunta álgida. Hablando con mi hijo canadiense le dije que no sabía si emprender un nuevo proyecto porque no estaba seguro de poder terminarlo. Entonces él me dijo: "No, papá, al contrario, te va a ayudar a vivir". Y tiene toda la razón.










miércoles, 5 de agosto de 2015

FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE LIMA

Con una concurrencia realmente sorprendente, se clausuro la Feria Internacional de Libro de Lima, donde autores, editores y casas editoras  pusieron lo mejor de sus producciones al alcance de  habidos lectores, quienes se dieron cita  en días y horarios para visitar sus instalaciones.
Evento que realmente llena de satisfacción al comprobar el interés de muchos por adquirir obras literarias bajo sus diferentes formas. Al respecto Jorge Bruce en su artículo periodístico El Factor Humano, señala ".. había sido la mejor manera de celebrar las fiestas patrias, ver a ese enjambre de lectores buscando y encontrando lecturas para el invierno era una fiesta alegre, no maníaca."
La importancia de la lectura en la vida de las personas es de primer nivel,  no solo enriquece conocimientos sino eleva el espíritu y lo transportan en un camino de utopía  e imaginación, como dice Jerónimo Pimentel citado por Bruce, es un espectáculo esperanzador porque el destino republicano de todo niño es el de convertirse en hombre y ciudadano. Para lo primero se necesita tiempo; para lo segundo, libros.
La participación nuestra, se muestra en imágenes de la presentación del Libro Tratado Tácito - Espectro Letal en el derecho de la delimitación Marítima de Enrique Briceño - Fondo Editorial de la UNMSM. Así como en la obra "Celebración de Tiempo (1965-2015)"del conocido poeta Eduardo Arroyo Laguna, teniendo como presentadores a los poetas Cesar Toro Montalvo, Winston Orrillo y al Dr. Iván Rodríguez Rector de la Universidad Ricardo Palma compartiendo la mesa de honor.